Sólo a vos
"Si los roza la muerte disimulan", dice Serrat de sus amigos.
Desde ayer anda la huesuda en mi cabeza y vos sabés que seguirá rondándonos por un buen tiempo. El arte del disimulo puede ser un acto de coraje. Para cuando hayamos caído en la cuenta nos daremos por vencidos y comenzaremos a extrañarte.
Puedo imaginar tus ojos viváces, moviendose sonrientes antes de explotar en una carcajada o conteniéndola, en ese indiscutible paso previo a un chiste de humor ácido, satírico, empapado de ironías, tan íntimo entre mondelos y gambinos. Estoy segura que si se me escaparan algunas lágrimas mientras escribo te cagarías de risa, entonces te muestro los dientes, por si acaso.
O capáz corremos el riesgo de escucharte en un "qué pasa??!!" como cuando atendías tan amablemente el teléfono.
Siempre te adelantaste, eh? Ahora para vos ya no hay misterios y para nosotros una pausa inquebrantable. Fue difícil traerte de las mechas, como dice tu vieja, calculo que no sólo por tus casi 2 metros de altura y tu firmeza. Pero les diste pelea, calculo que no sólo porque somos necios y bastante tercos, también nos aferramos al amor... habrá sido eso.
Sé que te debo los abrazos últimos y una revista.
Vos sabés de mi cariño y casi te graduaste en contratiempos.
Para tomarnos un buen vino va a haber tiempo allá, "del otro lado".
Mientras tanto, Pibe Viejo, aquí quedamos.